Por mucho tiempo la cultura de la dieta ha tenido un impacto negativo en la vida de muchas personas promoviendo mensajes que perjudican la salud mental y física.
Una de las grandes consecuencias de las dietas con parámetros extremistas y con objetivos pesos centristas dirigidos sólo al cambio físico es la posibilidad de formar trastornos de la conducta alimentaria (TCA). Estas enfermedades se producen por distintos factores, pero se caracterizan por un cambio perjudicial de los hábitos alimentarios y/o con conductas relacionadas al control de peso y cambio corporal.
Alguna de ellas son la anorexia y la bulimia nerviosa, el trastorno por atracón y el trastorno alimentario compulsivo. Muchas personas que tienen un TCA muchas veces no logran ser diagnosticadas correctamente o no reciben el tratamiento correcto ya que las conductas que deberían llamar la atención como señales de alerta son normalizadas.
Quisiéramos ayudarte a identificar alguna de las conductas de riesgo que son perjudiciales para tu salud.
1. Colocar etiquetas en los alimentos como: “esto es bueno”, “esto es malo”, “esto engorda”, “esto no es saludable“
No existen alimentos buenos ni malos. Pueden tener diferencias en base a su valor nutricional, pero pueden consumirse en distintos momentos y contextos. Ningún alimento por sí solo puede generar algún cambio físico, a menos que se tenga un rechazo como una alergia o intolerancia.
2. Sentir culpa o vergüenza por el consumo de ciertos alimentos
La alimentación es un proceso fisiológico y vital para que el organismo funcione a su 100%. No tiene por qué causarnos emociones difíciles de transitar, todo lo contrario, el placer y el disfrute son importantes para tener un correcto proceso alimenticio.
3. Aislarnos de nuestros seres queridos
No debemos de evitar reuniones por no querer comer los alimentos o llevar tu comida a todos lados para evitar comer fuera de las reglas. La alimentación es un potente conector entre los seres humanos, es parte de nuestros encuentros en comunidad y no se deben privar por el hecho de objetivos corporales.
4. Que nuestro estado emocional dirija nuestra alimentación
Hay que indicar que no hay nada malo en consumir alimentos como un soporte emocional, pero sí es importante revisar si nos pasa regularmente y si siempre variamos nuestro consumo alimentario. Evitar la restricción y darle espacio al placer ayuda para una alimentación libre y apropiada .
5. Comparar nuestra alimentación con los demás o con personas que no conocemos por redes sociales
Cada alimentación es única y no existe una perfecta. Ésta puede ser afectada por distintos factores, por lo cual comparar o seguir lo que otros comen sin tener en cuenta si funciona para ti en primer lugar, siempre nos va a colocar en un lugar de comparación y de insuficiencia .
Es importante indicar que si tienes alguna condición médica que necesita que varíes tu alimentación, lo más ideal es llevar una asesoría nutricional con profesionales que puedan tener un enfoque más integral y no peso centrista. Está bien hacer cambios, pero no ponernos en riesgo nuestra relación con los alimentos y con nuestro cuerpo en el proceso.
Tatiana Ottiniano
Nutricionista dietista con certificación de coach nutricional (IAC) y en psicología de la alimentación, con +10 años de experiencia en sesiones nutricionales 1:1 y programas de nutrición y alimentación.