¿Cómo llevar un estilo de vida saludable y no morir en el intento?

Para los que me siguen en Instagram, sabrán que el otro día me compré un cheese BBQ en Dominos y…¡Cómo lo disfruté! El quesiiiitoo…los champis…con la salsa marinara….¡ufff!! Eso, hace un par de años, no pasaba. Eso, antes era sinónimo de culpa.

Con esta pequeña introducción, me alegra contarles que yo morí varias veces en el intento de llevar un estilo de vida saludable, tanto física, como mentalmente. Seguro al igual que muchos. Fallé muchas veces tratando de hacer todo perfecto: cumplir mi plan alimenticio sin hacer ningún desarreglo, entrenar todos los días (literal, 7 días a la semana), tomar mucha agua y dormir mis horas. Trataba de evitar cualquier evento social que hiciera que “pecara” con algo que no debía. ¡Y me veía bien! Me cerraban shorts y jeans que antes no lo hacían. La gente me decía que había bajado de peso y para mi, eso era un gran cumplido.

Pero, ¿Qué pasaba en mi mente? Me sentía culpable cada vez que comía unas morochas, un slide de pizza, una hamburguesa…hasta me empecé a sentir culpable por comer fideos, yemas de huevo y pan. Trackeaba toda mi comida en un horroroso app que lo único que hacía era estresarme más. Me acuerdo que hacía mis propios planes alimenticios y buscaba cuántas calorías tenía los alimentos que iba a comer (MyFitnessPal a la vena). Hasta llegué a pensar: ¿Podré sobrevivir a base de manzanas? Hoy digo: ¡NO, CLARO QUE NO PUEDES!

¿Por qué cuento esto? Porque en ese entonces yo pensé que llevaba un estilo de vida saludable por el simple hecho de verme bien físicamente. Pero, en realidad, va mucho más allá de eso. Es un PROCESO en el que también hay que trabajar la mente, la autopercepción y autoaceptación, la autoestima, el amor propio; y todo ello, a su vez, tiene relación con los hábitos, costumbres, las relaciones sociales y familiares, la rutina que tenga una persona en su día a día, entre muchas cosas más. Hago énfasis en la palabra “proceso” porque no es algo que ocurra de la noche a la mañana y no va a ser lo mismo para todas las personas. Cada una va a vivir y vive un proceso distinto, con tiempos distintos y emociones diferentes.

 

Para mi, fue un proceso duro, con mucho caos emocional, con altos y bajos. Y en el camino empecé aprender, a entender y a interiorizar cosas que antes las consideraba un “pecado”. Por ejemplo, entendí que no estaba mal comerme una pizza o una hamburguesa de vez en cuando. Eso no iba a generar un gran cambio si es que la mayoría de mis días comía saludable. También entendí que mi cuerpo necesitaba descansar para rendir bien (en todos los sentidos) y que estaba mal llevarlo al límite sin escucharlo primero. Interioricé que soy un ser humano y que tengo derecho a equivocarme, a tener antojos, tener complejos, estar cansada y a querer salir con mi familia y amigos sin sentir culpa. Todos estos aprendizajes me tomaron tiempo y es lo que, al fin y al cabo, hace tan rico y gratificante mi proceso personal.

A lo que quiero llegar con todo esto es que, cada persona es un mundo completamente diferente, y por eso mismo, lo peor que podemos hacer es comparar nuestro proceso con el de otros. Si hacemos eso, ahí sí que nos hacemos harakiri, cavamos nuestra propia tumba. Creo, firmemente, en que no hay una definición exacta para un “estilo de vida saludable”. Lo saludable para mi no va a ser lo mismo que para mi mamá, mi enamorado, mi mejor amiga, etc. Eso va a depender de cada uno y a lo que mejor se adapte a su ritmo de vida. Hagamos de este proceso uno único, donde celebremos los pequeños logros y no castiguemos los fracasos.

Para ir cerrando, sintetizaré todo lo que he escrito en algunas pequeñas recomendaciones para responder a la pregunta del título:

  1. No te presiones: Ya de por sí, vivimos estresados y preocupados por la chamba, el tráfico, la vida en general. Tómate este proceso con calma, conócete, perdónate si fallas y sigue adelante.
  2. Descansa lo necesario: Dale a tu cuerpo el descanso que necesita. No lo lleves al límite, escúchalo. Si un día prefieres priorizar tu sueño, está bien. Eso va a hacer que tengas más energía al día siguiente.
  3. No te compares: Como ya mencioné, cada proceso es único. Todo va a variar: el tiempo, lo que sientes, tus resultados, etc. Cada persona es diferente.
  4. Haz el ejercicio que más te gusta: disfruta de la actividad física que hagas; ya sea baile, gimnasio, natación, running, caminar, etc. Todo es válido.
  5. En lo posible, anda donde un buen nutricionista: Anda donde un especialista que te arme un plan balanceado, personalizado y tomando en cuenta tu rutina diaria y ritmo de vida.
  6. No te culpes: Ésta es la más importante. Si fallas, no dejes que la culpa te invada. Y si lo hace, acepta ese sentimiento y ¡embrace it! Al día siguiente pasas la página y sigues con tu vida.

Reconocer la culpa, los fracasos, los miedos e inseguridades en este proceso es de humanos. Lo hace real. Y, precisamente, humanizar los términos “saludable” o “fitness” va a hacer que realmente no muramos en el intento de llevar este estilo de vida que muchos buscan, pero pocos mantienen.

Author: Pia Watanabe

Pia Watanabe
Soy comunicadora de la Universidad de Lima, ex gimnasta de la Selección Nacional y creadora de la cuenta de Instagram @piafitmess. Allí comparto contenido sobre un estilo de vida saludable balanceado: ni 100% fit, ni 100% mess, pero sí 100% real. Todo contado desde mi experiencia y desde lo que yo siento y vivo en mi día a día.